lunes, 18 de marzo de 2013

La cena de Merkel


Ángela Merkel terminó una agotadora jornada laboral en la Cancillería, y se marchó a su casa, allí se sentía a gusto con su maridito que la esperaba sentado en el braserete. Cuando llegó se quitó los zapatos de tacón y su marido le preguntó: “Angelíca ¿Qué te preparo para cenar?”
Ella sin pensar le dijo: “Unos chipriotas”
Dicho y hecho, su marido le puso un plato pequeño de chipriotas. Ella se los comió de un bocado, le supieron a poco, ya que no quedaban muchos chipriotas en la nevera.
Ella dijo: “Me saben a poco y ya sabes que yo soy de comer bien y lo primero es saciar mi apetito”
Él con el  mandil todavía puesto, le dijo: “No te preocupes Angelíca, tengo ahí tortilla española, espaguetis italianos y de postre yogurt griego”
Ella lo devoró todo, como al acabar le quedaron morreras,  se limpió con una toalla portuguesa.
Os preguntareis que hizo después. Pues os lo cuento, fue al wáter, cagó y se limpió con la bandera europea.
Más tarde se fue a la cama y durmió a pierna suelta.